miércoles, 25 de febrero de 2009

Revisionismo Histórico 3° Parte.

Revisionismo Histórico
La “Cultura Aymara” es un paradigma bandera de las corrientes de izquierda, y del actual gobierno. Juzguen ustedes mismos.
A continuación una lúcida reflexión histórica:
Fué de esta manera (La revolución del 52) que a gente que nunca había sido libre de decidir sobre asuntos sociales o económicos, se le otorgó la ciudadanía, una condición de vida absolutamente desconocida para ellos; porque durante toda su existencia fueron pueblos sometidos, ya sea por los resabios de una Cultura Ancestral mal llamada Aymara, (Esto porque de tal cultura lo único que permaneció fue su lenguaje, el Aymará) y posteriormente derrocados por el Imperio de los Incas, un sistema político-militar dirigido hacia el exterminio del hambre y el dolor, cuyo centro de poder giraba alrededor del Inca, su Casta de gobernantes y autoridades de una raza que se proclamaba superior por su sangre, que practicó el exilio de etnias enteras como forma de control político, en toda la extensión del Imperio; ambos arrastrando al parásito de una casta sacerdotal ajena a los Andes, similar a la de los pueblos Semitas y Aztecas, practicantes de sacrificios humanos, holocaustos de sangre humana y animal, vertida por degollamientos, amos y señores de la vida y de la muerte por medio del miedo y el terror, legado animalesco que permanece en práctica hasta nuestros días.
Decimos mal llamada Aymara, porque no solo de aymaraes estaba poblada esta región, sinó por 42 etnias trasplantadas por el Inca, hasta la llegada de los españoles, que a saber fueron:
Anacuscos, Hurincuscus, Ingas, Chinchisuyus, Quitos, Pastos, Chachapoyas, Cañares, Cayambis, Latas, Cajamarcas, Guamachucos, Guaylas, Yauyos, Ancaras, Quichuas, Mayos, Guancas, Andesuyos, Condesuyos, Chancas, Aymaras ,Ianaguaras, Chumbivilcas, Pabrechilques, Chillaguas, Hubinas, Canches, Canas, Quivarguaros, Lupacas, Capancos, Pucopucos, Pacajes, Yungas, Carangas, Quillacas, Chichas, Soras, Copayacos, Colliyungas, Guanacos, Urus y Huruquillas.
Todos en conjunto, pasaron luego a llamarse Aymaras, por el LENGUAGE ANCESTRAL HEREDADO DE UNA CIVILIZACIÓN ANTERIOR E INFINITAMENTE SUPERIOR CUYO RASTRO SE PIERDE EN EL ORIGEN MISMO DE LA RAZA HUMANA.
La tierra y todas sus riquezas, fueron durante toda la duración del Imperio propiedad del Inca y de su Casta. Era el Inca, quien disponía de los bienes de todo en las cuatro regiones en las que se dividía su Imperio. El habitante de los Andes, sea Quechua, Aymara, Kolla, Yunguyo, o de cualquier otra estirpe, jamás fue propietario de tierra alguna, ni dueño de su vida. Siempre su destino estuvo sometido a una Casta Superior, sea Sacerdotal o Imperial.
EL IMPERIO DE LOS INCAS, PROCEDIÓ AL DESTIERRO DE LOS “AYMARAS”, en una especie de diáspora, POR CONSIDERARLOS AGITADORES, PROBLEMÁTICOS Y DISCONFORMES, COSA QUE CONTINÚA HASTA LA ACTUALIDAD. (Lo mismo hicieron los romanos con los judíos de la provincia de Judea, y los Reyes de España con los judíos de Granada.)
Por tal; el argumento de los 500 años de “opresión” habría que ampliarlo, por lo menos; otros 8000 años, hasta el origen mismo de los Andes, el Lago y Tiahuanaco.
Roma vence en las Guerras Púnicas, pero Tartessos es destruido por los Barca. Con Cayo Cesar Octavio Roma llega a su máximo esplendor, pero el dios mercantil es demasiado poderoso y pesa en el inconsciente colectivo, agotado por tantas guerras y anhelante del confort de los bienes suntuarios que brinda el comercio el Imperio cae en decadencia. La caída es retardada por las invasiones bárbaras que inyectan nueva mística Virginal a los ya desgastados romanos.
La entrada en la edad media es marcada por la aparición de la Iglesia Católica Romana obra del Emperador Justiniano. Pero el dios del comercio consigue imponerse en el Concilio de Nicea, y caen los símbolos paganos, que se aglutinan en una única deidad híbrida conocida bajo el nombre de Jesús-Cristo, donde tratan de amalgamar la línea apolínea, guerrera, liberadora, con la mesiánica, mercantilista, negociadora, intermediaria, “salvadora”.
La baja edad media se caracteriza por la pugna y el intento de poner bajo la autoridad del papado a los cientos de feudos que surgen con el colapso del Imperio Romano y que al ser paganos en su mayor parte, luchan por salirse de la orbita de la Roma clerical, ya no imperial.
Se va creando una nueva Cartago de Europa, y los pueblos paganos ceden ante el comercio y los bienes suntuarios, que cada vez en mayor y mejor calidad, ADORMECEN LA VOLUNTAD DE LUCHA DE LOS PUEBLOS POR EL SUEÑO DE UNA VIDA DE PAZ Y CONFORT.
Las aristocracias, característica de los pueblos Apolíneos, son combatidas por la cultura y ceden ante la violencia y la intriga sacerdotal.
Con la muerte de Childerico IV, el último heredero del linaje Merovingio, cae la aristocracia verdadera y en su lugar son encumbrados por el sacerdocio los linajes de Mayordomos, es decir los que a la postre serian cipayos del poder clerical, LA ESPADA TEMPORAL: Los Pipinianos.
Carlo Magno, el más famoso de los Pipinos, vence a los Sajones, uno de los últimos pueblos Apolíneos y Virginales después de una sangrienta guerra. Ordena en Aquisgran el asesinato de la nobleza sajona: Cinco mil gentiles prefieren la muerte a convertirse al judeo-cristianismo y son decapitados, en uno los peores crímenes contra la verdadera aristocracia que registra la historia.
Pero esta “aristocracia” de mayordomos, espuria, con el tiempo legaliza su derecho a reinar a través de casamientos sistemáticos con remanentes aristocráticos de verdadera realeza. Surge nuevamente la resistencia, y es Federico II de Hohenstauffen el encargado de promover la guerra contra el poder temporal del sacerdocio.
Según la línea Apolínea y Virginal, la aristocracia es la única con legítimo derecho a gobernar pues ostenta el PODER ESPIRITUAL emanado de su MÍSTICA VIRGINAL. Por el contrario la casta sacerdotal solo ostenta el poder temporal, y esa es la justificación de los reyes gibelinos como Federico II para promover la guerra contra el usurpador. Hay que aclarar que esta guerra entre Sacerdotes y Guerreros es milenaria, esta registrada en los “Vedas” Hindúes, pero los mitos aseguran que los Orígenes de la misma son anti-diluvianos.
Se ha vertido un montón de costras culturales, significaciones conceptuales, en torno a la palabra “aristocracia”. Para los comunistas los aristócratas son un grupo de aprovechadores, que ostentando falsamente una pretendida superioridad de sangre, utilizan el misticismo y la ingenuidad de las masas para encumbrarse en el poder “for ever and ever.” Extraño paralelismo con las técnicas que nuestros “críticos”, los ideólogos del materialismo dialéctico, aconsejan utilizar a sus acólitos.
Pero nosotros no somos imbéciles para creernos semejante patraña, analicemos el concepto científicamente llevados de la mano de la semiología: la palabra aristocracia tiene su raíz semiológica en el fonema ARISTA. Una arista es una punta, un ángulo, una “V”. El principio “AR” se encuentra en muchas palabras: Ar-tista, Ar-ticulo, Ar-te, Ar-abe, Ar-io, Ar-ma, y todas ellas con significación relevante hacia el SENTIDO HIRIENTE DE LA ARISTA, que penetra todos los sentidos, o contextos, a través de la potencia de la “V” AR-IETE. Por eso mismo podemos afirmar desde un ámbito semiótico, que el signo, la forma de la arista, el ángulo, es una letra, la letra “V”, que es el principio arquetípico de todas las palabras angulares: VIRGINIDAD Virtud, Valor, Virilidad, Vehemencia, Virgen, Voluntad, Verga, Vagina, Vanidad, etc., todas ellas penetrantes, hirientes, cortantes, aristocráticas, rompientes, ¿guerreras? Hipotético lector, la razón simplemente se quiebra, no sirve para entrever múltiples significaciones y SENTIR la verdad. Por eso el materialismo ateo y la teoría de la razón pura es conceptual y mediocre, una ideología para mentecatos.

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