lunes, 12 de enero de 2009

Veganismo 9ª Parte.

Las guerras en beneficio de… ¿Quién?
Todos sabemos que las armas usadas en las guerras no son producidas por los ejércitos y que los recursos y la aprobación del público para lograrlas no son obtenidos con facilidad. Siempre son obtenidos CON EL APOYO ENTUSIASTA de una mayoría ignorante de la verdad escondida detrás de lo aparente, engrandecido a extremos grotescos para que brille con intensidad, y repetido hasta el cansancio por los medios al alcance de ESA mayoría que finalmente creerá y apoyará porque la idea falsa o verdadera habrá ingresado en su psique.
En cambio muy pocos creen y están seguros que la guerra del Viet Nam pudo ganarse con uno o dos barcos cargados de arroz para repartirlo a los vietnamitas azotados por el hambre y la guerra por años, o ser lanzado en paracaídas a lo largo de todo su territorio acompañado de azúcar, cigarrillos, chocolates, “Corn Flakes” y “Coca Cola”, tras lo cual los gringos hubiesen sido aclamados como “liberadores”. O que la Amazonía entera pudo ser conquistada por la música con una orquesta sinfónica ambulante y coros gregorianos, como finalmente lo hicieron los Jesuitas en la Chiquitania.
Pero no; esas conquistas no generan beneficios económicos a terceros. Las guerras si.
El costo de un tanque o un avión de combate son astronómicos.
Con el valor de un portaaviones se pueden conquistar naciones enteras.
Con la riqueza gastada en una o dos guerras se puede “hermanar” el planeta entero en menos de una década…hacer cosas maravillosas…o engañosas…como aquella vez hace mucho… en las diez ciudades de la Vega, cuando Ellos nos engañaron, nos embriagaron, nos degeneraron y luego nos acusaron… y justamente fuimos abrasados por el fuego.
Alerta…hoy vamos por el mismo camino y conducidos al matadero por los mismos. Las guerras sólo son en beneficio de los banqueros internacionales y el trono del oro. Los medios y la propaganda.
Cualquier psicólogo sabe que si se dice a una persona flaca que está gorda esta no lo creerá, porque le basta con mirarse en un espejo. Pero si se le bombardea con “argumentos”, “evidencias”, “pruebas”, esta por lo menos dudará del espejo o de sus sentidos y si su capacidad volitiva, que está en relación directa con la conciencia; si es débil, finalmente lo creerá.
En cuanto al inconciente, ya todos oímos algo acerca de la propaganda subliminal…y no es cuento. La mayoría “sabemos” que Axe, Toyota y Coca Cola son de lo mejor, y las millonarias sumas de dinero, los petrodólares venezolanos, la plata que el MAS recibe a raudales, es destinada, como nunca antes, a la propaganda mediática, que a fuerza de repetición incesante ametrallan nuestros sentidos, generando la duda en los débiles de espíritu, o la mofa en los que sabemos que a este régimen no le queda otra, pues su gobierno se sostiene en puras mentiras, y como toda mentira debe sostenerse por la VOLUNTAD de la propaganda dirigida.
A fuerza de repetirse, el mito de los seis millones de judíos gaseados es una “realidad”, pero como toda mentira necesita apoyo extra y mucha difusión para sostenerse; Además de todo esto, al carecer de la suficiente prueba de cargo, documentada, seria, no como la payasada de “El Diario de Ana Frank” malamente inventado, necesitan del APOYO DE LOS ESTADOS y la prohibición de cuestionar y negar el Holocausto debidamente “legalizada” por leyes especiales, cerrando las puertas y con pena de cárcel a todo historiador revisionista que se cuestione la validez de semejantes estupideces. No tengo que decir más, con esto basta: las mentiras necesitan sostenerse con mucha propaganda, políticos comprados, y la ingenuidad y daltonismo de un ejército de historiadores, que si no exaltan los mitos y paradigmas del sistema, se quedan sin sustento.
El parlamento.
Parece casi imposible introducirse al mundo de la política. Toda esa maquinaria propagandística montada por los partidos de siempre de conformidad con un tradicionalismo monolítico que torna casi imposible a un profano desestructurado de las altas jerarquías, llegar a un alto cargo público con su idealismo intacto. Esto en el poder ejecutivo, ya que en lo tocante al parlamento, es imposible llegar a senador o diputado sin capacidad de inversión.
Alguna vez tuve la oportunidad de ver el trabajo tras bambalinas. Interpelaciones, informes orales en la cámara baja, y alguna que otra sesión en la cámara alta. El quórum siempre se sostenía con un poco mas de la mitad de los congresistas. No se veía en los rostros la más mínima motivación. El aburrimiento es el pan de cada día en las sesiones camarales. La “pesadez”, diría Nietzsche, se apoderaba del ambiente, y en ese marco se legislaba para la nación.
La reputación de un alto dignatario, pasaba por la elaboración de obras, casi siempre forzadas, llenas de citas de otros autores en una especie de repetición de los mismos contenidos. Además de las maestrías, postgrados y seminarios, cuyos diplomas debían coleccionarse y siempre tenerse a mano. Generalmente todos los altos funcionarios tenían un copioso currículo, pero esa legalidad profesional, no garantizaba siquiera que las sesiones del congreso nacional fueran amenas. Solo brillaba algunas veces el tecnicismo erudito que jamás paliaba las incapacidades personales y cualitativas para legislar.
En el parlamento rige la falta de responsabilidad, y es que no puede ser llamado RESPONSABLE alguien que no es consecuente con las palabras, el que miente en función de un cargo público. Eso ha demostrado el tradicionalismo partidista, el parlamentario amparado en el anonimato de la bancada, el que habla por hablar, sin reflexión alguna, repartiendo demagógicamente promesas, “buenas intenciones” que casi nunca se verán reflejadas en hechos concretos.
Aparentemente hay “odio” entre el oficialismo y la oposición, pero “fuera de oficina”, es como si nada pasara, y los intereses se limitan a meros convencionalismos ideológicos para salvar intereses personales: Nadie arriesgara un combate por la verdad, para sostener una postura cabal de la realidad; Esa ética lúdica es la que rige el desempeño de los parlamentarios. Patético realmente. Y, cuando hay un descalabro producido por las aberrantes metidas de pata de los “Padres de la Patria” no hay nadie, absolutamente nadie que asuma la responsabilidad por estos actos.
Por eso las cárceles están repletas de miserables ladrones de autos, enfermos mentales, antisociales, y salvo raras excepciones, que yo sepa, NO HAN SIDO NI SIQUIERA JUZGADOS, Y POR ENDE ENCARCELADOS, NINGUNO DE LOS MAS GRANDES VENDE PATRIAS Y GENOCIDAS, que a cambio de sus servicios a la Internacional consumista o comunista, viven tranquilamente en Miami, Venezuela, Cuba, Europa, en la mayor impunidad, gastando sus millones.
Al menos en las cortes de los reyes, los cortesanos y ministros pagaban con la vida sus errores. Hoy no hay sangre de culpables salida de parlamento alguno, sangre con la cual colmar la copa de justicia exigida por el pueblo hambriento y miserable.
Cuanta falta nos hacen políticos honestos, gentiles y honorables.
En mi vida, he tenido la suerte de conocer grandes hombres y mujeres, claro, en diferentes niveles de desorientación, pero con rasgos salientes de honestidad, lealtad, idealismo, pero sobre todo, grandes dosis de voluntad, que para mí, es el rasgo diferencial por excelencia. En mayor o menor medida todos se desvincularon de su derecho político.
Esa gentileza, valor personal, voluntad, se encuentra ahora dispersa en los logros mundanos. Cuantas veces e imaginado a toda esa valiosa colectividad asumiendo sus responsabilidades políticas en un país donde mas que nunca antes necesitamos de conciencia política asumida en pensamiento y acto. Hemos dejado que los peores logren escalar a la cumbre del poder político con esa falta de ambición y de competencia por nuestra parte, el menoscabo personal y espiritual para deslindarnos de la responsabilidad, la mentira consabida de que se necesita dinero para hacer política.

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